lenguas de gato, crujientes y deliciosas

Ingredientes: 

• 4 claras de huevo
• 125 g. de mantequilla
• 125 g. de harina de todo uso
• 125 g. de azúcar
• vainilla en polvo, o en su defecto azúcar avainillado, restanto la misma cantidad a los 125 g. de azúcar de la receta
 

 

Elaboración:

1. En un bol grande ponemos la mantequilla, en cuadraditos pequeños, blanda, pero no deshecha, con dejarla fuera de la nevera una media hora será suficiente. Añadimos el azúcar y mezclamos con cuchara de madera un poco.
2. Después vamos añadiendo las claras de huevo una a una sin batir, sólo mezclándolas con la masa, y no añadiendo la siguiente hasta que la anterior se haya unido perfectamente a la masa.
3. Y por último la vainilla. Si fuera azúcar avainillado la podemos añadir junto con el resto del azúcar.
4. Debemos mover, que no batir, esta mezcla un buen rato, unos 10 minutos, para que el azúcar quede perfectamente unido a las claras y la mantequilla se haya repartido sin dejar ningún rastro o grumito.
5. Y por último vamos añadiendo la harina, tamizada, a cucharadas, y no añadimos la siguiente, hasta que no tengamos perfectamente unida a la masa la anterior. Tengo que decir que yo utilicé harina de repostería, y han quedado riquísimas, pero tiene el problema que al no tener mucha fuerza la masa queda algo blanda y es bastante difícil conseguir la forma de lengua, por eso en los ingredientes he puesto harina de todo uso, para que sea algo más fácil.
6. Esta parte del proceso es muy sencillo, aunque quizás algo lento. Yo para agilizar un poco lo hice con mi amasadora con la pala, es decir la que no es ni un gancho (que sólo se utiliza para amasar, por ejemplo el pan), ni la que es varilla (que utilizamos para batir o montar) y a muy poca velocidad, la justa para ir mezclando los ingredientes poco a poco, que en realidad es lo único que necesita esta receta.
7. Ahora encendemos el horno para precalentar a unos 180ª C. 
8. Mientras preparamos nuestra masa en una manga pastelera con boquilla de 1 o 2 mm, o en su defecto podéis hacer las tiras con cuchara. Este proceso es lo más difícil de las lenguas. Hay que tener la precaución de no hacer tiras más grandes que un dedo porque la masa al calentarse se extiende mucho y quedarían muy grandes, además de que es muy posible que se unan unas con otras, incluso que toda la bandeja se convierta en una gran lengua de gato, rica, muy rica, pero horrible de fea. Asi que debéis hacer pequeñas tiras muy separadas unas de otras y tener algo de paciencia hasta que tengáis habilidad para darles la formita. Reconozco que esto es lo más difícil y quizás por eso no se hacen mucho, a mí la manga pastelera me vuelve loca y no la uso más por falta de tiempo, pero es muy divertido, os animo a probar aunque las primeras las tengáis que partir con cuchillo. Por cierto se tiran encima de papel de hornear o silpad si tenéis.
9. Hornear en el centro del horno a unos 170ºC. durante unos diez minutos, aunque por supuesto depende mucho del grosor y tamaño conseguido. Sabréis que están hechas cuando los bordes se doren y el centro permanezca blando. Sacar la chapa corriendo en ese momento porque enseguida cogen mucho color y con una cuchillo de punta redonda dar en un ladito para levantarlas todas y después sacarlas a un plato o fuente hasta que estén totalmente frías. Porque este es otro de los truquillos de las lenguas, que si las coméis templadas o incluso calientes, os parecerá una masa algo chiclosa y no muy rica, pero si las dejais enfriar totalmente se secarán y se convertirán en una galletita crujiente y deliciosa.

Nota: se pueden guardar en una cajita de metal en perfectas condiciones dos o tres días.