crema catalana o crema tostada, otro día hacemos crème brûlée

Ingredientes:

• 1/2 l. de leche
• 4 yemas de huevo XL
• 75 g. de azúcar
• 15 g. de almidón de maíz o maicena
• la piel de medio limón, sin nada de blanco
• 1 rama de canela
• azúcar para caramelizar la superficie

Elaboración:

1. Lo primero que haremos es aromatizar, o como dicen los grandes pasteleros, infusionar, la leche con la piel de limón y la ramita de canela. La dejamos que de un hervor y reservamos un momentito mientras preparamos el resto de los ingredientes. Os recomiendo que esta primera parte, que es muy sencilla, pero que como todo tiene su truquillo, la hagáis a fuego lento para que la leche no se pegue a la cazuela.  Si lo hacéis a fuego vivo seguro que algo se pegará, y además no dará tiempo a que coja bien los sabores.
2. Como ya os he dicho mientras cascamos los cuatro huevos con cuidado y separamos las yemas en un bol. Le añadimos el almidón y el azúcar y movemos suavemente hasta que se integren bien los tres ingredientes. En muchas recetas he visto que dicen que se batan con varilla, pero yo no lo recomiendo porque las yemas pierden color. No cambia ninguna otra cosa, ni el sabor, ni la textura, pero las yemas, igual que los huevos, al batir blanquean, de hecho es así como se llama en cocina, blanquear.
3. Asi que removemos con una espátula y añadimos de golpe, sin para de mover, la leche caliente a la que previamente habremos quitado la piel y la rama de canela. También he leído que se recomienda apartar un poco y dejar enfriar para mezclarla con las yemas, o ir incorporando poco a poco, pero os puedo garantizar que la forma más sencilla y con la que nunca tendréis problemas es ésta. Con una mano removemos las yemas y con la otra dejamos caer de una sola vez sin dejar de mezclar.
4. Se pasa por colador para retirar las posibles partículas de yema cuajada, y se pasa a una cacerola para que dé un hervor y cuaje. En esta parte no podéis dejar de remover, arrastrando bien la espátula por el fondo, para que no se agarre. En unos pocos minutos estará lista.
5. Repartir en cazuelitas individuales, o en el recipiente elegido, y dejar enfriar totalmente en frigorífico.
6. Justo antes de servir se reparte una fina película de azúcar por la superficie y se quema, bien con quemador o con pala incandescente, que ya casi nadie tiene en casa. Pero si queréis darle un toque muy crujiente volver a repetir la operación, y os quedará espectacular.

Nota: ésta es la receta tradicional que se estudia en cocina, con un sabor y una textura fina y delicada. A partir de ésta, es verdad que hay muchas variedades y versiones, como por ejemplo la  crème brûlée, que se hace con huevos enteros y nata, aromatizada con vainilla y cocina a baño María, y que muy a su pesar es una variante de nuestra fabulosa crema catalana, ¡¡¡y aunque suene un poco pedante, os diré que no es la única!!!