Ingredientes:
- 2 láminas de hojaldre congelado
- azúcar
- media tableta de chocolate, del que más os guste, yo he usado negro al 35 % de cacao
- 50 g. de mantequilla
Elaboración:
- Tenemos que tener las láminas de hojaldre ya descongeladas, pero para trabajar mejor con ellas, es mejor que tengan mucho frío, es decir que no se queden totalmente blandas, porque el hojaldre es muy difícil de trabajar así. Si lo tenéis que sacar mucho antes de empezar a trabajar con él, lo más adecuado es descongelarlo en el frigorífico, o cuando aún está medio congelado estirar los dos lados que vienen doblados y taparlo con papel sulfurizado hasta que empecemos con nuestra sencilla elaboración.
- Sobre la mesa de trabajo tiramos azúcar blanquilla, o morena, sabiendo que con ésta última el hojaldre tomará un poco de color, pero también queda fenomenal y riquísimo.
- Ponemos nuestra plancha de hojaldre sobre el azúcar y volvemos a esparcir más en la parte superior. Empezamos a trabajar con el rodillo. Debéis procurar que no pierda su forma rectangular, porque de esa forma nos será más fácil doblar para darle la forma a las palmeritas. Al principio cuesta un poco, pero es cuestión de práctica. Colocar el rodillo en el centro y trabajar hacia los extremos, darle la vuelta por los cuatro lados, y así os será un poco más fácil.
- Levantar la planca cuando hayáis conseguido estirar un poco y volver a esparcir azúcar; darle la vuelta y esparcir un poco más. Así conseguimos que no se pegue a la mesa.
- Nunca hay que llegar al final de la plancha de hojaldre, para no machacarla, y que hojaldre mejor. Así que siempre dejar como medio centímetro sin pasar con el rodillo.
- Si se os pega un poco la masa al rodillo, también podéis pasarle azúcar con las manos.
- El truco al principio, es no apretar mucho, hacer pasadas suavemente para controlar la forma de la masa.
- Cuando tengáis como unos 3 mm. de espesor, más o menos, empezamos a enrrollar. No os preocupéis si al principio no queda totalmente nivelado, estará rico igualmente.
- Ponemos el plastón con la parta más larga del rectángulo hacia nosotros. Cogemos el extremos de la derecha y lo colocamos en el centro. Y hacemos lo mismo con el de la izquierda.
- Volvemos a repetir la misma operación una vez más, por lo menos. De esta forma conseguimos los dobleces suficientes. Pasarle las manos por encima para aplastarlo un poquito, lo suficiente para que no pierda la forma.
- Empezamos a cortar. Ponemos nuestro hojaldre enrrollado a lo largo enfrente de nosotros y con un cuchillo muy afilado, sin machacar, simplemene dejando que el cuchillo se deslice por la masa vamos dando cortes de un par de centímetros. Cuando seáis más expertos podreís hacerlos mucho más pequeños y finos.
- Si los extremos no os han quedado muy igualados, simplemente ponerlos a hornear y comeroslos vosotros, no los tiréis, están muy buenos, pero algo más feos.
- Con la otra plancha hacemos la misma operación, pero con mucho menos azúcar. Lo mínimo imprescindible para que no se os pegue a la mesa. Esta será la que bañaremos con chocolate.
- Ir colocando en placas con papel sufurizado vuestras palmeritas, dándole un poco de forma, por ejemplo uniendo un poco en el centro para que no queden muy abiertas. Crecen un poco, así que dejar un poco de espacio entre cada una.
- Con el horno precalentado a 200º C., introducimos las placas de horno y en unos 10-15 minutos tenemos nuestras palmeras crujientes y deliciosas.
- Las de azúcar ya están terminadas. Yo en esta ocasión las he pintado con un poquito de huevo batido, pero solo con el azúcar quedan perfectas.
- Mientras las palmeras se hornean, preparamos la cobertura de chocolate en un cuenco y lo ponemos a deshacer en el microondas, en modo descongelación y vamos mirando cada 30 segundos, removiendo enérgicamente con la espátula. Cuando sólo quede una pequeña parte sin descongelar en el centro, remover bien y veréis cómo se deshace. Es el momento de añadir la mantequilla en trocitos pequeños. Con el calor del chocolate se deshará, pero si queda algún trocitos podéis meterlo e ir comprobando cada treinta segundos, siempre en modo descongelación. Tener cuidado porque el chocolate se quema muy fácilmente. Simplemente tiene que estar deshecho.
- Cuando las palmera hayan enfriado totalmente, vamos bañándolas en el chocolate, bien un lado, o una parte, o toda entera, a nuestro gusto.
- Meterlas rápidamente en frío, para que el chocolate endurezca. Y sacarlas enseguida, una vez hayamos conseguido nuestro fin, es decir tener el chocolate durito.
- Se conservan muy bien en un recipiente sin tapar, pero realmente están riquísimas el mismo día.
Otra nota: también se puede utilizar hojaldre fresco que venden en cualquier supermercado, pero yo no lo hago, porque realmente no me gusta. El congelado hojaldra muchísimo mejor y la terminación y sabor, bajo mi humilde opinión, es superior. Pero también podéis usarlo y valorar por vosotros mismos.
Gracias por las explicaciones, me parecen geniales y, aunque sea una receta sencilla, es importante tener en cuenta ciertos matices que evitarán meter la pata como me ha pasado a mí, hasta conseguir que las palmeras tengan forma de palmeras y no de "algo parecido". Un beso.
ResponderEliminarGracias a tí Carmina, eres muy amable. Eso es precisamente lo que busco, que las personas que no tengan mucha habilidad con la pastelería en general, puedan preparar elaboraciones sencillas con pocos errores, y que se animen a hacerlo sin miedo al fracaso. Un beso grande.
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