raviolis de piña tostados rellenos de natillas finas

Ingredientes para los raviolis:

1. piña natural
2. azúcar
3. quemador

Ingredientes para las natillas finas:

1. 1/2 l. de leche
2. 8 yemas
3. 75 g. de azúcar
4. 1 rama de canela
5. la piel de medio limón

Elaboración de los raviolis:

• Para preparar los raviolis necesitamos unos rectángulos muy finos, de unos 2-3 mm. de grosor de piña, con una anchura de alrededor de 4 cm. y un largo de 15 cm. Pero realmente estas medidas podemos adaptarlas a nuestro gusto. Lo más importante es hacerlas muy finas para que al doblarlas no se partan, cuanto más delgadas sean más flexibilidad tendrán, y más aguantarán nuestra manipulación. Lo ideal es hacerlo con mandolina, pero como yo no tengo las hice con cuchillero cebollero, el de cocinero, perfectamente afilado. Necesitamos dos tiras para cada ravioli.
• Una vez cortadas os recomiendo que las dejéis sobre una rejilla para que suelten parte del jugo, porque si rellenamos nada más cortar se humedecerán rápidamente.

Elaboración de las natillas finas:

• Estas natillas son espectacularmente ricas y para esta receta me
  
  pareció que eran ideales, pero reconozco que con natillas de huevo también quedarán muy ricos los raviolis y se necesitan menos huevos. En realidad la receta es prácticamente la misma, sólo hay que cambiar la cantidad de yemas por unos 4 huevos enteros y añadir unos 10 g. de maicena.
• Lo primero que haremos es poner a cocer la leche con la rama de canela y el zeste del limón, es decir la parte más superficial y amarilla de la piel del limón, porque como ya sabéis que lo blanco amarga. A mí me gusta dejarlo a fuego lento porque me parece que de esta forma, primero impedimos que se nos agarre al fondo, y por otra dejamos que los aromas se impregnen perfectamente en la leche..
• A parte mezclamos las yemas con el azúcar, pero sin batir ni dar mucho movimiento para que no pierda color. Hacerlo en un bol grande para poder seguir con la receta sin problemas.
• Añadimos de un golpe la leche hirviendo a la mezcla de azúcar y yemas sin dejar de mover.
• Preparamos otro cazo limpio, por si ha quedado algún resto en el primero, ponemos un colador y pasamos nuestra mezcla al fuego. A partir de ahora no debemos dejar de remover, yo lo hago con espátula, hasta que cuaje la mezcla. Hay que tener un poco de paciencia, porque es imprescindible que no hierva para que no se corte. Debéis controlar el fuego, subiéndolo y bajándolo, incluso retirarlo, hasta que notéis que espesa. Sabemos que está cuando pasamos un dedo por la espátula y la marca no se mueva. Entonces tendrá la consistencia adecuada.
• Pasarla a un recipiente, yo lo vuelvo a colar, por si acaso queda algún resto, y tapado con film pero tocando la superficie, es decir no dejéis aire entre las natillas y el film, lo dejamos enfriar en frigorífico.

Terminación de los raviolis:

• Colocamos en un plato dos tiras de piña en forma de cruz. Ponemos una cantidad generosa de natillas en el centro y cerramos con las puntas. Por ejemplo, empezamos con la de arriba y hacia la derecha, vamos cerrando en el centro. Le damos la vuelta al ravioli con la ayuda de una espátula y la colocamos en otro platito o fuente de presentación. Espolvoreamos con azúcar y tostamos con el quemador. Yo os recomiendo que esta última parte la repitáis dos veces, porque así el tostado es más crujiente, pero no es imprescindible.
• Os recomiendo que toméis los raviolis con el caramelo caliente y crujiente, porque sinceramente el contraste de sabores y texturas es espectacular.