Ingredientes:
- 500 g. de frutas variadas, las que elijáis, o las que tengáis por casa; yo he preparado melón, piña, gajos de mandarina y de naranjas pequeñas, calabaza y pera.
- 700 g. de azúcar
- 30 cl. de agua para la primera cocción del azúcar.
Elaboración:
- Lo primero que debemos hacer es preparar las frutas. Pelarlas, cortarlas en trozos de unos dos centímetro o más grandes si os gustan, teniendo en cuenta que una vez terminado el proceso habrán reducido de tamaño. Les quitaremos las pepitas, la piel, etc.
- A veces se le da un hervor, es decir, se blanquea, la fruta, ya preparada, con agua, para que esté más permeable al primer almíbar. Si elegís esta opción, sumergir la fruta en agua y cuando rompa a hervir retirar y sumergir en agua fría, con hielo mejor. Yo no he hecho este proceso, porque ya lo hice en otra ocasión y me pareció que la fruta queda un poco más rota, como sin forma cuando ya la tenemos confitada. Por ejemplo la calabaza, si la troceas en grande, queda muy bien blanqueada, para el resto creo que no hace falta. Pero probar, cada uno debe descubrir su propia forma de hacer las cosas.
- Mientras preparamos la fruta, cocemos lentamente el primer almíbar con 200 g. de azúcar y el agua, durante dos o tres minutos para que espese un poco. Apartamos y sumergimos las frutas que deben quedar totalmente cubiertas.
- Dejar macerar 24 horas.
- Repetimos este proceso cuatro días más añadiendo 60 g. de azúcar cada día al almíbar del día anterior, dejando unicamente que de el primer hervor.
- En este punto estamos en el quinto día y 440 g. de azúcar incorporado.
- Pasado este tiempo colamos las frutas y añadimos 100 g. de azúcar al almíbar, dejando hervir a fuego lento dos o tres minutos. Volvemos a incorporar las frutas y dejamos macerar 48 horas.
- En este punto estamos en el noveno día, donde añadiremos el azúcar restante, que serán unos 60 g. Damos un hervor al almíbar e incorporamos las frutas y dejamos que hierva, siempre a fuego lento, dos o tres minutos. Dejaremos reposar sin tocar otras 48 horas.
- Según van pasando los días y el almíbar se va convirtiendo prácticamente en azúcar, veréis que es más difícil colar las frutas porque su agua de composición se va evaporando y el azúcar reemplaza ese lugar. Yo lo que hago es meter el recipiente elegido para macerar las frutas en el microondas un par de minutos, para que el azúcar se ablande un poco. De esta forma se puede volcar la fruta a un colador grande encima de una cacerola para que cuele sin tener que tocar mucho la fruta. Aunque también os podéis ayudar con las manos para, con mucho cuidado, despegar las frutas del recipiente. Lo que está pasando es que el azúcar cristaliza y endurece.
- La fruta ya está confitada. Ahora sólo tenemos que separar con cuidado las piezas y dejarlas que sequen totalmente el algún lugar fresquito y sin humedad.
- Listas para vuestras elaboraciones, por ejemplo para el roscón o simplemente para comerlas solas, son la mejor golosina.
Nota: La elaboración es fácil, pero larga, el único cuidado que debéis tener es cocer el almíbar a fuego muy lento. Yo os animo a hacerlo porque el resultado es una fruta riquísima que no tiene nada que ver con lo que venden en las tiendas. Solo teneis que ir apuntanto el día y la cantidad de azúcar que os toque y que no se os olvide!!!
Otra nota: Para confitar tiras de piel, o rodajas de cítricos el proceso es muy parecido, pero quizás algo más corto. Prepararé otra entrada para que veáis lo fácil que es.
No hay comentarios :
Publicar un comentario