cristales de azúcar de brillantes colores

Ingredientes:

• 
  
• 1 medida de agua
• 3 medidas de azúcar
• colorante

Elaboración:

1. En un cazo pequeño poner a hervir el agua con el azúcar, removiendo un poco al principio para que se mezcle bien.
2. Una vez que haya dado el primer hervor, retirar del fuego. El agua se habrá saturado del azúcar y ya está preparado para empezar a cristalizar.
3. En este momento se le puede añadir los colorantes. Yo he elegido tres colores, azul, rojo y amarillo, por lo tanto separar la disolución en tanto tarros de cristal como colores tengáis. Es preferible que sean tarritos con la boca un poco ancha, así podréis poner más palitos o brochetas.
4. Coger cada uno con una pinza por una de los extremos y la otra punta la introducís en la disolución, sin que toque el fondo. La pinza cruzará la boca del bote de cristal y evitará que caiga hacia el fondo.
5. En algunos sitios he leído que tapan con un trozo de papel de aluminio la boca del tarro, pero yo no lo he hecho porque lo he dejado en un sitio donde no hay polvo y nadie lo ha tocado.
6. La única precaución que debéis tener es colocarlo en un sitio donde no haga calor, ni les de el sol. 
7. A partir de aquí, simplemente hay que dejar que la química haga su trabajo. 
8. A partir del 5-7º día, empezaremos a ver cómo se ha cristalizado el azúcar alrededor de nuestro palito. Simplemente dejarlo hasta que tengan el tamaño deseado.
9. Si notáis que se acumulan los cristales, en exceso, en el fondo y las paredes del tarro, podéis cambiarlo, cada tres o cuatro días, removiendo bien para desprenderlos. 
10. El último paso es dejar que los cristales sequen.

Nota: Es algo fácil y muy bonito de hacer, un pequeño experimento químico para que veáis las miles de posibilidades que nos da el azúcar. Si no tenéis palitos de brocheta, o algo parecido, hay gente que lo hace con hilos de algodón atados a la pinza, o a un lápiz o a lo que se os ocurra. Espero que os guste.

Otra nota: Yo  lo voy a utilizar de regalo para mis pequeñas estas navidades envuelto en un papel transparente con un enorme lazo. Pero al lado de una taza de café, o para decorar vuestros postres son ideales.